«Los hombres y mujeres trascienden, pero no sus obras y acciones»

A 3 años de distancia, no te olvidamos, Rey.

Por: Oscar Paz Serrano

Nogales Veracruz . – La conocí en el año 2008 y aunque ciertamente fueron pocos los años de convivencia (12 acaso), me bastaron para conocer su gran corazón.

Así, supe que desde muy joven le gustaba la asistencia social, que trabajo con niños y niñas abandonados y luego mediante su asociación civil, ofreció su mano franca a productores de aguacate, jitomate y demás.

¿Cuántas jornadas juntos pasamos?, muchas, aprendí de ella, el que «debemos dar en medida de nuestras posibilidades y un poco más».

Conocí por ella los invernaderos en Balastrera y alguna vez la acompañé a la apertura de una panadería a Palo Verde en la Sierra de este municipio.

Fue un ejemplo de superación, en sus últimos años, se graduó de abogada y desde esa trinchera, también luchaba por la causa principalmente de las mujeres.

Mmm que rico guisaba y quienes visitábamos su hogar, siempre salimos complacidos, agradecidos, satisfechos, contentos, tras largas y productivas charlas.

Una de las últimas imágenes que de ella recuerdo, hace poco más de 39 ó 40 meses acaso, fue en la residencia oficial de los pinos, acompañada de una mujer Indígena.

Luchadora incansable, tenaz, gestora, férrea, a veces efusiva, de gran carácter, pero siempre tocando puertas, así te recuerdo hoy 17 de octubre a 3 años de distancia.

Gracias por todo lo que me diste y me enseñaste… No puedo dejar de derramar una lágrima por tu ausencia física, pero sé bien que estás en el lugar de luz y eso me conforta.

Muchos dicen que cuando pasa el tiempo las personas se olvidan, pero tú, tú, una mujer diferente, eres inolvidable.

Aquí te guardo en un lugar muy especial de mi corazón, a veces miro al cielo y te llamo también para compartirte mis pequeños logros…
Aquí en mi familia, siempre tienes un espacio en nuestro día a día, en nuestras charlas, en nuestro recuerdo imperecedero.

Un abrazo y un beso hasta la eternidad.

Un sincero y leal abrazo para tu hijo Claudio Martínez Hernández y para tu hermano Enrique.

Cuando veo a tu «Chino» y lo abrazo, es como si te viera y abrazara a tí…

Descansa en paz hasta que volvamos a encontrarnos, muy querida amiga, Reyna Hernández Ramos.

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